¿Qué es la coledocolitiasis?
El colédoco es un conducto biliar a través del cual la bilis producida en el hígado y la almacenada en la vesícula es conducida hasta el duodeno o intestino delgado. La bilis es indispensable para la digestión y absorción de las grasas. La coledocolitiasis consiste en la obstrucción total o parcial del colédoco por cálculos (“piedras”).
¿Cómo se producen los cálculos?
La mayoría de los cálculos que encontramos en el colédoco se han formado inicialmente en la vesícula. Desde la vesícula, la mayoría de las veces, los cálculos migran al colédoco. No obstante, una pequeña parte de los cálculos del colédoco pueden también formarse en el propio colédoco. Existen factores que aumentan el riesgo de formar cálculos como el sexo (más frecuente en mujeres), la edad (el riesgo aumenta con la edad), la historia familiar o genética y algunas condiciones como: embarazo, obesidad, toma de estrógenos, pérdida rápida de peso, diabetes, cirrosis, o ciertas medicinas.
¿Cuáles son los síntomas?
En ocasiones la coledocolitiasis puede cursar sin síntomas (si la obstrucción del colédoco es muy leve), sin embargo, lo habitual es que la obstrucción del conducto produzca dolor tipo cólico en la parte alta y derecha del abdomen acompañado de ictericia (coloración amarillenta de la piel y de los ojos), y coluria (coloración oscura de la orina). Si la obstrucción del conducto condiciona además una contaminación bacteriana, aparecerá una colangitis (infección de la bilis) que generalmente provocará mal estado general, fiebre, escalofríos. En ocasiones la coledocolitiasis produce un cuadro de inflamación del páncreas (pancreatitis biliar). La inflamación del páncreas se origina cuando el cálculo obstruye también el conducto del páncreas antes de ser expulsado al duodeno.
¿Cómo se diagnostica?
Ante los síntomas y signos descritos anteriormente, debemos realizar una exploración física y unos análisis de sangre que mostrarán alteraciones sugestivas de obstrucción del conducto biliar, infección o sospecha de pancreatitis. Como complemento, necesitamos una prueba de imagen que nos muestre signos de obstrucción del colédoco o mejor, que nos evidencie los cálculos en el colédoco. Para ello, la prueba más sencilla, inocua y relativamente barata es el ultrasonido del abdomen, que nos confirma el diagnóstico hasta en un 80%. Sin embargo, esta prueba puede pasar por alto el diagnóstico y, si tenemos la sospecha clínica de que exista una coledocolitiasis, debemos optar por la realización de alguna de estas 2 exploraciones:
- Resonancia magnética de la vía biliar: permite prácticamente en todos los casos confirmar el diagnóstico. Esta prueba es más cara y precisa de una mayor colaboración del paciente al realizarla.
¿Cómo se trata la Coledocolitiasis?
Se requiere un tratamiento relativamente urgente según la forma de presentación y evolución, principalmente si está presente el componente de infección (colangitis).
Hoy en día está establecido que la CPRE (una técnica endoscópica combinada con radiología) es el tratamiento de elección ya que permite extraer los cálculos del colédoco sin necesidad de cirugía casi en el 100% de los casos. Esta técnica permite acceder con un endoscopio al duodeno y después al colédoco. Mediante la realización de una esfinterotomía (corte y ampliación del orificio por donde el colédoco desemboca en el duodeno) se extraen los cálculos con una alta tasa de éxito y escaso porcentaje de complicaciones. Cuando los litos son muy grandes, podemos optar por ampliar la desembocadura del colédocoy emplear aditamentos que fragmenten los cálculos (litotriptores), o valorar la extracción mediante cirugía. Tras la extracción de la coledocolitiasis es posible que, a largo plazo, un pequeño porcentaje de pacientes puedan volver a tener coledocolitiasis. Esta posibilidad disminuye si a aquellos pacientes que tienen cálculos en la vesícula se les realiza posteriormente una colecistectomía (extracción quirúrgica de la vesícula).
Extracción de litos de las vías biliares por endoscopia.